lunes, 12 de septiembre de 2011

Bolivia: el País TETRIS


En 1984, en la Academia de Ciencias de la Unión Soviética, Alekséi Pázhitnov inventó uno de los juegos más famosos de la historia de la informática: TETRIS.

Este juego, consiste en una pantalla vacía en la que “caen” varias figuras geométricas en forma de L, T, S, barra o cuadrados, las cuales puedes rotar y debes “acomodarlas” para que al llegar al piso forman una línea compacta, que al instante desaparece y da más espacio para seguir jugando, poco a poco el programa incrementa la velocidad en la que caen las figuras y es cada vez más difícil hacer una línea compacta, por lo que las figuras empiezan a apilarse y hay cada vez menos espacio. Mientras más rápida es la acción, más difícil es pensar en cómo acomodar las piezas y al final llegan hasta el techo y pierdes. Es divertidísimo y emocionante.

Lo interesante es que en Bolivia lo jugamos desde 1825.

Y además somos fanáticos, aunque no expertos por lo visto.

Nos encanta y fascina este juego al que le hemos hecho un upgrade en 2009 con la nueva versión de la Constitución Política del Estado Plurinacional.

Acostumbrados a acomodar cualquier cosa que nos cae encima, “le metemos nomás”, y como dicen algunos paceños “al joderse”, hemos amontonado miles de cosas a nuestros pies, pero a diferencia del juego ruso, en nuestro caso, si alguna vez hacemos una línea compacta, esta no desaparece y henos aquí 186 años después parados sobre una pila de basura, esperando a ver que cae para ver donde la acomodamos.

Desde el quinto pasajero en los trufis de La Paz, ir “paradito” en los minibuses, hasta el “le meto nomás, luego mis abogados arreglan”, todos jugamos TETRIS, y además tenemos categorías diferentes, campeonatos familiares, zonales, municipales, departamentales, liga nacional y la super liga, donde los llamados a conducir el destino del país nos hacen creer que porque logaron un par de bloques compactos ya han cambiado el mundo.

Algunos “expertos” giran las piezas y nos dicen que son otras, le llama el proceso de cambio.

Las Leyes fundamentales de este país TETRIS:
Ley Marco de Autonomías y Descentralización
Ley del Órgano Judicial Plurinacional
Ley del Régimen Electoral
Ley del Órgano Electoral Plurinacional
Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional

Son solo piezas de TETRIS que hemos acomodado, que nadie supo quién las dejo caer, ni para qué sirven, ni porqué las debemos acomodar, pero como buenos jugadores ahí las ponemos esperando que encajen para ver si después se llena el bloque, eso sí, sin preguntas.

Estos “expertos”, en lugar de reinventar el estado solo administran la inercia y como buenos gatopardistas, siguen al pie de la letra el texto de la obra:

"Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie".
"¿Y ahora qué sucederá? ¡Bah! Tratativas pespunteadas de tiroteos inocuos, y, después, todo será igual pese a que todo habrá cambiado".
"…una de esas batallas que se libran para que todo siga como está".

Mientras algunos intelectuales que, como dice George Orwell no vacilan en mancillar la inteligencia, debaten horas sobre la mejor manera de “acomodar” lo que cae, nosotros deberíamos afirmar:

El TETRIS no nos ha llevado a ninguna parte, así que cambiemos de juego.

Por el Derecho a Pensar Diferente,

Andrés Ortega
Diputado de la República

miércoles, 4 de mayo de 2011

El Hornero y el Tarajchi

Existe en América una pequeña ave, sencilla, muy sencilla, sin las galas del pavo real, sin la majestad del cóndor de los Andes, sin la increíble velocidad del colibrí, sin los hermosos colores de los papagayos, una pequeña ave, sencilla, muy sencilla.

Jamás fue la envidia de Edith Piaf, pero si pudiera cantar seguro que “Non, je ne regrette rien” sería su canción favorita, es una pequeña ave, sencilla, muy sencilla, que además tiene un nombre humilde, tan humilde como El carpintero, solo se llama Hornero.

Tal vez ni sea su nombre, es solo su apodo, su chapa, su nombre se perdió en la historia del hombre. Esta ave, sencilla, muy sencilla, hace el trabajo duro, ve la aurora es el primero entre todas las aves en trinar y trabaja, buscando ramitas y tierra y agua y pequeñas piedras y trabaja.

La naturaleza le ha otorgado un doctorado honoris causa, en ingeniería civil, título que jamás fue a recibir porque ese evento no estaba en su agenda, aunque creo que en realidad solo quería contradecir a Warhol.

Con los planos en su memoria, dedica su vida al futuro, trabaja incansablemente, sin delicado vuelo, sin poses, sin pausas, buscando el lugar más alto, más difícil me imagino, día tras día su pequeño pico y sus patitas construyen una casa, trabajo duro, su única recompensa es su pareja y el sol y la mejor vista del mundo, dedica su vida al futuro, la dedica a sus hijos.

Hasta tres meses puede durar esta tarea, a veces menos a veces más, es como unos cinco años en la vida de un humano, no sé si esa casa que parece un hornito es la mejor del mundo, no sé si es la mejor hecha, no sé si es la más hermosa, pero lo que sí sé es que la hace y le cuesta muchísimo y trina cuando avanza y trina cuando deja de llover.

Pero a veces la vida le tiene una sorpresa, el Tarajchi, perverso animal que despoja sin juicio ni alegato al pobre hornero del fruto de su trabajo, con la única razón de la fuerza, este animal se introduce en la obra que jamás construyó, proclamando ser patrón de lo que no puede hacer, mucho más grande que el hornero, destruye con su cuerpo parte de la obra, torpe y abusivo pregona el cambio de dueño.

El gobierno del Tarajchi.

Lo que este animal no sabe, es que una vez que el hornero reacciona, toma fuerza y con las mismas ganas que construyó su hogar, ahora despojado, construye una pared para tapar la entrada dejando dentro a su opresor.
Pero esa, creo que es otra historia.

Socialismo clásico Vs Socialismo del siglo 21

Si bien Hayek describe que todas las formas de socialismo, incluso la socialdemocracia, son el camino a la esclavitud, vale la pena mostr...